Hoy 10 de Mayo es el día de la madre, esa que dirige y controla los tiempos en la vida real, así como un mariscal de campo en el emparrillado cuando realiza su comeback.
Madre, ella que nunca se lesiona que siempre juega infiltrada, con vendas o tobilleras se alista para el partido llamado vida y por más complicado sea el juego, siempre estará disponible para festejar en tus triunfos o consolarte en la derrota, dibujando una sonrisa en su rostro.
Madre la que te da el amor, cariño y respeto, la que te forja para ser una dama o un caballero hecho y derecho, pero al igual que uno, ella también tiene sentimientos, emociones y problemas en la vida.
Pensamos que ellas vienen aquí para solventar los problemas que uno tiene pero no es así, la madre no especula como el fake Spike de Marino en 1994, ella es el primer amor que tiene una persona, así como el pase de touchdown del Quaterback con su Wide Reciver en el momento más importante del juego.
A veces la vida va tan rápido, cuando uno crece se olvida de ella y en el momento en que nos llegamos acordar, levantamos el teléfono y marcamos, cuando eso es lo único que ella tanto espera, una llamada, una visita para saber que todo está bien, ella siempre te saca pañuelo amarillo, por todos esos días, semanas e incluso meses que pasan y no recibe la llamada como los equipos cuando seleccionan a sus prospectos en el Draft, pero nunca te expulsa, ella nunca te expulsa.
Quería dedicar estas palabras para las madres, lo importante que son en la vida de cada persona, el motor que son en la familia, porque al igual que tanto queremos este deporte, siempre hay algo más importante: El amor de Mamá.
Si todavía tienes a tu madre disfrútala, dale un abrazo, un beso, recuérdale cuánto la quieres, realiza esa llamada, esa visita con sus debidas precauciones por todo lo que vivimos actualmente en la pandemia, si lamentablemente ya no está físicamente, mira al cielo y manda un beso, da gracias por todo lo que has vivido y por lo importante que fue en tu vida.