Parte VII: Un delfín en las fuerzas armadas

En la Guerra Fría los delfines se usaban por parte de la Marina estadounidense con fines bélicos. El Programa de Mamíferos Marinos de la Armada comenzó en 1960 con dos objetivos. En primer lugar, la Armada quería estudiar las capacidades de sonar submarino de los delfines y las ballenas beluga para aprender a diseñar métodos más eficientes para detectar objetos bajo el agua y mejorar la velocidad de sus barcos y submarinos investigando cómo los delfines pueden nadar tan rápido y bucear tan profundo. Además de este componente de investigación, la Marina también entrenó a delfines, ballenas beluga, leones marinos, orcas y otros mamíferos marinos para realizar diversas tareas subacuáticas, incluida la entrega de equipos a buzos bajo el agua, la localización y recuperación de objetos perdidos, la protección de embarcaciones y submarinos y la vigilancia submarina usando una cámara sostenida en sus bocas.

GUERRA DE VIETNAM Y EL RUMOR DE LOS DELFINES LETALES

La Marina envió cinco delfines a la bahía de Cam Ranh para realizar vigilancia submarina y proteger los barcos militares de los nadadores enemigos. Aunque durante esta era circularon rumores sobre un «programa de anulación de nadadores» a través del cual se entrenaba delfines para atacar y matar a nadadores enemigos, la Marina niega que tal programa haya existido.

DELFINES EN EL GOLFO PÉRSICO

La Armada envió seis delfines al Golfo Pérsico, donde patrullaron el puerto de Bahrein para proteger a los buques insignia estadounidenses de los nadadores y las minas enemigos, y escoltaron a los petroleros kuwaitíes a través de aguas potencialmente peligrosas. Uno de los delfines, «Skippy», murió de una infección bacteriana.

En 2017, la televisión estatal rusa informó de que Rusia estaba experimentando con belugas, delfines nariz de botella y varias especies de foca para proteger las entradas de sus bases navales, ayudar a buzos y posiblemente atacar a extraños que entraran en su territorio. La capacidad de detección de estos animales en aguas profundas o turbias es algo que la tecnología aún no puede imitar, pero que es valioso para el ejército. Su sónar está muy avanzado. Los delfines, y parientes como las orcas, emiten una serie de sonidos que rebotan en los objetos del entorno que los rodea. Los mamíferos captan los ecos que vuelven y se forman una imagen acústica de su entorno, una capacidad conocida como ecolocalización.

RETIRADA DE MINAS Y RECOGIDA DE ARSENAL MILITAR

Este es uno de los usos más comunes para los delfines, orcas, y focas adiestradas por el ejército. Para ello, llevan arneses, y sistemas de recuperación de objetos cada vez más sofisticados. Los delfines nariz de botella detectan y marcan las minas submarinas. El animal localiza una mina y luego deposita una línea de boya ponderada cerca de la mina para marcarla. Los leones marinos de California colocan dispositivos de captura en objetos submarinos para recuperarlos. Este sistema se usa ampliamente en ejercicios de entrenamiento con buzos para unidades de desactivación de artefactos explosivos. Las minas de práctica se colocan en el fondo del mar; los que no encuentran los buzos durante el ejercicio son recuperados por los lobos marinos.

MEJORES QUE LAS MÁQUINAS

Los delfines nariz de botella son mejores que cualquier máquina a la hora de detectar minas, afirma Paul Nachtigall, director del programa de investigación de mamíferos marinos en la Universidad de Hawái en Kane’ohe Bay. También pueden hacerlo mucho más rápido que una máquina. Según Nachtigall, los delfines pueden ser especialmente eficaces cerca de la orilla, donde las olas y el tráfico marino generan mucho ruido. Los sistemas mecánicos pueden verse sobrepasados por tantas señales, pero los delfines no. Explica que esto se debe a que su sónar está muy avanzado.

 

Los experimentos llevados a cabo por Nachtigall a mediados de los 90 con un delfín nariz de botella residente llamado BJ demostraron esta capacidad sensitiva. Nachtigall pidió a BJ que distinguiera entre cilindros de metal hechos de acero inoxidable, latón o aluminio. Aunque enterró los objetos de 10 centímetros de largo bajo 60 centímetros de lodo, BJ superó la prueba con creces. Según Nachtigall, los investigadores aún desconocen cómo hacen esto los delfines. Pero es un tema que ha captado la atención de científicos militares y civiles durante décadas.

Fuera de lugar Aunque los lobos marinos de California no poseen capacidades de sónar, sí tienen una vista excepcional. “Se les da muy bien encontrar cosas que están fuera de lugar”, como equipo perdido, afirma Nachtigall. La Armada estadounidense los usa para encontrar y recuperar munición de prueba desarmada, como minas de práctica. Los encargados dan a un lobo marino un sistema de fijación que pueden llevar en la boca y mandan al mamífero al agua. Cuando el animal encuentra su objetivo, fija el dispositivo y los encargados del barco pueden sacar el objeto a la superficie. En una demostración en 2011 en la bahía de San Diego, California, un ex marine de las fuerzas especiales de Estados Unidos intentó infiltrarse en el puerto llevando una mina desarmada. La Armada envió delfines y lobos marinos a patrullar la zona y ambos detectaron al buzo en sus cinco intentos.

El lobo marino logró fijar una pinza a la pierna del buzo y las personas que lo manejaban en la superficie lo sacaron como si fuera un pez. Según Nachtigall, tanto los lobos marinos de California como los delfines nariz de botella son relativamente resistentes, inteligentes y muy entrenables.

Los lobos marinos también tienen la ventaja de ser capaces de estar en tierra y mar. Por eso la Armada prefirió usarlos a ellos en lugar de otros mamíferos marinos como falsas orca o belugas, una posibilidad que también habían contemplado.

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