La tercera es la vencida

Se ha discutido en redes sociales si los cambios defensivos en Miami están justificados y cuanta confianza debe haber en la defensa presentada en la actual pretemporada.

Mike McDaniel es un genio ofensivo, pero es claro que a su llegada a Miami, siendo su debut como entrenador en jefe, se optó por simplificar su trabajo, limitando o más bien deslindándolo del control de la defensa del equipo. En principio, sonaba muy lógico darle continuidad al proyecto defensivo que había dado de forma intermitente resultados aceptables y prometía ser suficiente para complementar el ataque y se mantuvo a Josh Boyer como coordinador defensivo.

En términos tácticos, la defensa seguía el estilo oportunista, menos físico y más oportunista planteado a manera de improvisación por Brian Flores. Era un sistema defensivo donde se priorizaba la presencia de veloces defensivos secundarios jugando mayormente hombre a hombre en las esquinas y repletando las zonas de los apoyadores y hasta la línea de scrimmage con profundos que disfrazaran sus funciones en busca de la oportunidad ideal para presionar al mariscal o aparecer en la zona menos pensada para hacer la jugada grande. Pero si bien el factor sorpresa solía funcionar en favor de Miami produciendo intercepciones y balones sueltos, exponía gravemente al perímetro y la zona media del campo, permitiendo grandes avances o anotaciones absurdas. Esto se acentuaba cuando los rivales estaban preparados y completos, habiendo entendido que por más que distrajeran las cosas, las asignaturas más físicas eran una debilidad insostenible.

Esa situación fue evidente y Mike McDaniel no quedó satisfecho tras su primer año, optaron por deshacerse de Boyer. La búsqueda de un sustituto combinada con una pésima gestión de personal por parte de Philadelphia, creo la inesperada y muy prometedora llegada del reconocido estratega defensivo Vic Fangio. Para ello, Miami tuvo que sacar la chequera y pagarle al viejo lobo de mar con más de 40 años entrenando, más dinero que a algunos entrenadores en jefe de la liga.

El problema de tener a Vic Fangio, es que el roster no era el adecuado para sus esquemas y se acordó usar un sistema híbrido, lo que nunca fue bien manejado por el veterano entrenador, quien incluso llegó a manifestarse muy incómodo intentado ajustarse y delegó de más entre sus asistentes y entrenadores de posición. Y es que debe entenderse que los fundamentos de Fangio son muy físicos, incompatibles con una platilla llena de defensivos secundarios, carentes de apoyadores masivos o profundos más golpeadores.

Las lesiones de ciertos elementos clave hicieron menos manejable la situación y aunque la defensa llegó a operar mucho mejor de lo esperado, hubo partidos donde se quebró y Mike McDaniel tuvo que tomar las riendas de la defensa, ignorando a Fangio. Sin embargo esto complicó las cosas dentro del equipo y tras todo este caos, Fangio y los Dolphins optaron de mutuo acuerdo tomar rumbos distintos.

A partir de ahí, Mike McDaniel tenía claros los cambios defensivos que se requerían, el molde de sistema que pretendía y el equipo lleno el puesto con el mejor candidato posible, Anthony Weaver, quien es reconocido por ser parte del staff defensivo de Baltimore, pero para muchos no está claro qué lo hace adecuado para Miami.

El lunes pasado Tua Tagovailoa afirmó que las temporadas que fue dirigido por Flores se sintió menospreciado, explicando que el cambio entre Brian Flores y Mike McDaniel es enorme, “Si una persona terrible te dice cosas que no quieres oír o que probablemente no deberías oír, vas a empezar a creer eso sobre ti. Eso pasó. Han sido dos años de entrenamiento para superar eso, no sólo yo, sino de varios chicos que han estado aquí desde mi año de novato”, explicando que durante sus dos primeros años en la liga, fue menospreciado por Brian Flores al punto de casi echar a perder su carrera, mientras Mike McDaniel, desde el primer instante e incluso en el avión camino a Miami, tuvo una plática donde empezaría a motivar a Tua como fundamento de su equipo.

Es decir, McDaniel no solo lo dice ante la prensa, lo hace parte de su estilo de vida y está desarrollando una cultura basada en fuertes valores familiares, en dar segundas oportunidades y en apoyarse unos a otros para desarrollarse como personas, jugadores y equipo, lo que más de uno ha descrito como una familia. En tan solo dos años, existen ya ejemplos muy claros de este cambio de cultura, la forma en la que ha respaldado a sus jugadores, gestionando para lograr la extensión de contrato de Tua Tagovailoa y Tyreek Hill, las atenciones que tuvo personalmente el entrenador con las lesiones de varios jugadores defensivos incluyendo a Jaelan Phillips y Bradley Chubb, ver a grandes veteranos como Terron Armstead, Bradley Chubb o Calais Campbell guiando a los jóvenes de su posición.

Es decir, en el pasado se ha sabido que ciertos jugadores han dado un consejo, que hubo la esperada camaradería y que incluso jugaban golf o comían juntos, pero lo que se ve en el actual roster no queda en algo menor, hoy más que ver solidez y unidad en el cuerpo de receptores, la línea ofensiva o bien fuese la defensiva o la ofensiva, se percibe un conjunto muy unido y emocionalmente fuerte.

Más alá de los conceptos defensivos, los cuales son muy sólidos y han demostrado ser efectivos en Baltimore, Anthony Weaver comparte el estilo de McDaniel, es un motivador, un entrenador de jugadores, quien cree en el desarrollo personal, tanto a nivel individual como colectivo.

Tras dos partidos de pretemporada, y entendiendo que es eso, partidos de preparación, donde no vemos muchos titulares, hay muchos experimentos y no se juega con la intensidad que veremos a partir de Septiembre, resulta claro que los cambios hechos por la oficina frontal para conformar un conjunto adecuado para los esquemas defensivos de Weaver han logrado armar un cuadro muy sólido más allá de titulares, con una profundidad desconocida para los Dolphins.

La defensa de Weaver es diferente a lo presentado por Fangio el año pasado, y mucho más distinta a lo que usó Boyer un año antes. Se fundamenta en coberturas por zona, un ataque al mariscal mucho más físico y un trabajo de los apoyadores más efectivo, dejando atrás la filosofía oportunista en favor de un trabajo individual y colectivo más efectivo, menos vulnerable, con mayor margen de mejora.

Debido a que aún se trabaja en la instalación y maduración de los sistemas defensivos, resulta imposible garantizar que la defensa estará lista para mostrarse ante ofensivas poderosas como Jacksonville o Buffalo, pero el proyecto debe ser visto a largo plazo y hay motivos para presagiar cosas importantes en la campaña que inicia para los Miami Dolphins.

 

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