Existen historias inspiradoras como la del viejo que no podía hacer que sus hijos colaborasen entres sí.
Había una vez un viejo hombre con varios hijos, los cuales eran conocidos por ser muy trabajadores, pero nunca se ponían de acuerdo, ya que siempre discutían entre ellos y trabajaban cada quien por su lado. Todos en el pueblo elogiaba lo trabajadores que eran los hijos del viejo hombre, pero hacían bromas sobre el hecho de que no cooperasen entre ellos.
Pasó un tiempo y el viejo enfermó. Preocupado por la situación, quiso enseñar a sus hijos una lección. Así pidió a cada uno ir a recoger un puñado de varas al campo y traerselas. Al ser muy trabajadores, cada uno de los hijos obedeció. Al presentarlas al padre, este les pidió que partieran cada vara, una a una, cosa que hicieron sin mayor complicación. Luego les pidió que fuesen por otro tanto similar de varas. Esta ocasión les pidió que las partieran con las manos pero todo el paquete al mismo tiempo. Pese al empeño que ponían, ninguno de los hijos pudo romper el duro paquete de varas. Apenados, cada uno de los hijos reportó su fracaso al padre, quien los reunió y les dijo lo siguiente: es fácil vencer a aquel que está solo, pero la resistencia del equipo siempre será mayor. Aprendan que cada uno por su lado encontrará retos que igual que una vara suelta, serán demasiado duros y los tronará; pero actuando como un puñado de varas, las cosas serán menos retadoras.
Este tipo de historias inspiradoras son usadas al extremo para cursos de superación personal, coaching y similares. Hace unos años en las instalaciones de los Miami Dolphins podían leerse frases como “Stronger Together” (Juntos más fuertes), ilustrando que hubo intentos por crear una cultura de trabajo en equipo y actuar en sinergia.
Pero los actos suelen tener mayor voz que las palabras. Errores como el manejo del bullying hacia Jonathan Martin, la pérdida del vestidor por parte de Joe Philbin, un absurdo mensaje de Mike Wallace y la falta de respeto por parte de los jugadores hacia Adam Gase, fueron situaciones que dejaban ver cuan pobre era la cultura al interior del equipo del Sur de la Florida.
El pasado domingo, más allá del resultado favorable en el emparrillado del Hard Rock Stadium, se dieron muestras de que esta franquicia está construyendo un equipo con mentalidad ganadora y una cultura muy diferente.
Se entiende que en muchos casos, un equipo que llega sin argumentos para triunfar, al menos debe poner su máximo, aplicarse y buscar limitar al oponente. Pero esto fue llevado al extremo por los Cincinnati Bengals del coach Zach Taylor, quienes sin su mariscal titular, con una línea ofensiva muy endeble y con insuficientes argumentos defensivos, los visitantes buscaron aplicar contra los Miami Dolphins un football americano con un estilo de juego agresivo, rudo, incluso lejos de lo leal y legal. Poniéndolo en términos coloquiales, los Bengals jugaron muy puerco.
Esto se evidenció desde temprano en el partido cuando en cada oportunidad que hubo, los receptores de Bengals mostraron su frustración contra los defensivos, con empujones y agresiones verbales al final de cada jugada, mismas que fueron subiendo de tono hasta que el esquinero estrella de os Dolphins, Xavien Howard y el receptor de Bengals Tyler Boyd se fueron a los golpes en la banda, tras de lo cual ambos fueron expulsados.
Un gunner es aquel jugador que en equipos especiales está asignado de salir en búsqueda de llegar de forma rápida hacia el regresador oponente y aplicarle un golpe efectivo, el cual, por una parte impide un buen regreso de patada, al tiempo que origine una opción de un balón suelto. Para que esa acción sea legal, el golpe no debe ocurrir antes de que llegue el balón y debe respetar los criterios de no usar el casco como arma, así como respetar los principios de tackleo seguro que tanto ha impulsado tanto la NFL, como el sindicato de jugadores, NFLPA.
Mike Thomas, receptor y gunner de los Bengals estaba instruido a buscar forzar un balón perdido y evitar un regreso por parte del peligroso regresador de los Dolphins, Jakeem Grant. Vale destacar que Thomas es un receptor que supera a Grant por casi 20 centímetros y cerca de 10 kilogramos de peso. El problema fue que en dos ocasiones durante el juego, Thomas ejecutó el derribo mucho antes de que el balón arribase y hasta utilizó el casco como instrumento ofensivo. Si bien el castigo fue señalado por la planilla de referees, la agresión fue tan flagrante en al segunda ocasión, que de inmediato se armó una gresca entre los elementos de los Dolphins que saltaron a reclamarle al jugador de Cincinnati y los Bengals que salieron en su defensa.
Si bien hubo muchos implicados, destacaron DeVante Parker, receptor estrella del equipo y amigo del alma de Jakeem Grant, Mack Hollins, receptor quien también ha hecho buenas migas con ellos y el entrenador en jefe, Brian Flores.
Parker y Hollins reclamaron al agresor y a quienes lo protegieron, soltando improperios y golpes por doquier, incluso llevándose un golpe sobre uno de los asistentes de Cincinnati. Como resultado, tanto Parker como Hollins fueron expulsados. Como detalle curioso, gracias al tiempo transcurrido, Grant ya estaba repuesto y antes de que los rijosos abandonaran el campo, Jakeem corrió para despedirse de ellos, agradeciendo el gesto.
Por su parte, al coach Flores (o Flo como le llaman) tuvieron que retenerlo, para evitar que se metiera en más líos, pero era más que evidente su enojo. Tras el juego, Flo no se disculpó, pero aclaró que no fue el modo correcto, ya que como coach debería mantener la compostura y ser un ejemplo de disciplina para su equipo, pero que sin duda defendería con todo a cada uno de sus jugadores.
La actitud de Flo fue bien recibida dentro y fuera del vestidor. Los aficionados hemos entendido que más allá de pancartas y mensajes en redes sociales, este equipo está unido, es una familia y se está preparando para cosas importantes.
La actitud intimidante le resultó por poco a Cincinnati, ya que si bien al medio tiempo tuvieron ventaja de 7-6 producto de una jugada mal defendida en la que un pase corto se transformó en una anotación de 72 yardas, luego de que Byron Jones aplicó un mal ángulo al contener una fuga de Tyler Boyd por la banda. Fuera de esa serie, Brandon Allen y Ryan Finley, mariscales de los Bengals tuvieron una mala tarde. Allen fue interceptado por Xavien Howard y Finley por Nik Needham, además de que la defensiva de Dolphins les maltrató con un decena de apuros y totalizando 6 capturas, que originaron la salida de Allen tras quedar sin sentido tras una brutal captura de Shaq Lawson.
Como dato interesante (agradecimiento especial a César Mercado por el Dato Dolphins) es que la última vez que dos defensivos interceptaron en semanas consecutivas, fue durante la temporada 2003, cuando Patrick Surtain interceptó a Travis Marrón y Brock Marion a Bledsoe en el juego de la semana 3 y en la semana 5 estos mismos jugadores interceptaron a Kerry Collins; aclarando que en la semana 4 de ese año, descansó Miami. Es decir, lo que está haciendo esta defensa está emulando niveles épicos.
A la ofensiva, si bien Miami recuperó a Tua Tagovailoa como titular, tras una lesión en el pulgar que lo alejó del juego contra los Jets, se notó que Chan Gailey hizo un planteamiento que limitó las opciones de la ofensiva, creando una situación que requirió ajustes mayores en el descanso. Así aplicando una ofensiva más adecuada a las habilidades de Tagovailoa, sin reunión con algo más de ritmo rápido o up-tempo, lo cual permitió que la ofensiva moviese más el balón, y aunque no fue tan efectiva como debiese, y con 406 yardas totales fue suficiente para que a través de una anotación de Mike Gesicki y cuatro goles de campo de Jason Sanders, se concretara la victoria de 7-19 para Miami.
Las cosas pudieron ser mucho más claras, pero hubo varias fallas en la ejecución. Grant por ejemplo falló en capturar un pase largo que hubiese significado una anotación, también fracasó el ataque terrestre en zona roja, haciendo evidente que habrá ajustes con miras al encuentro contra los Chiefs, donde se requerirá jugar sin errores para dar competencia ante los actuales campeones.
Pero la garra y unión manifiestas el pasado domingo hacen sentir que este equipo está convirtiéndose en algo mayor, en un contendiente.