La derrota el pasado domingo ante los Campeones reinantes del Superbowl, los Kansas City Chiefs, evidenció completamente las debilidades de un equipo de Miami que, si bien ha avanzado mucho hacia lo que sus aficionados desean, debe de trabajar en muchos aspectos para volver a ser un serio contendiente a apoderarse del trofeo Vince Lombardi. Y es que Patrick Mahomes y su gran ofensiva necesitaron únicamente de 62 segundos para dar la vuelta a un marcador que, hasta el segundo cuarto, hacía soñar a los aficionados de los Dolphins y reflejaba caras largas en los -cada vez más- seguidores de los Kansas City Chiefs.
A pesar de haber sido interceptado en 3 ocasiones, Patrick Mahomes mostró su valía como el estandarte del equipo de Missouri, aunque -siendo honestos- le han armado un equipazo con un tándem de receptores impresionante encabezada por Tyreek Hill y Travis Kelce y con corredores de la talla de Le’veon Bell, es difícil que un Mariscal no brille, sin demeritar los logros de Mahomes, todo bajo la estricta y experta conducción de su Head Coach Andy Reed.
Por el lado de los Dolphins, la escuadra defensiva no pudo actuar de mejor manera durante el primer cuarto, presionando de manera constante a Mahomes, logrando capturarlo en una ocasión para una pérdida de 28 yardas, gracias al gran trabajo de su tackle defensivo #55 Jerome Bake, además de 2 sendas intercepciones por parte de Byron Jones y Erick Rowe, lamentablemente para la causa de los Dolphins, estas dos intercepciones sólo reflejaron 3 puntos en el marcador.
El segundo y tercer cuarto estuvo plagado de errores por parte de Miami, entregas de balón, castigos absurdos y desconcentración en las coberturas, además de fallar las tacleadas, permitieron que los Chiefs no sólo dieran la vuelta al marcador, sino que tomaran una cómoda ventaja que en un momento pronosticaba una paliza para los de casa.
Luego del desastre que significaron los cuartos intermedios, en los que se recibió incluso un safety, los Dolphins volvieron a ser los del primer cuarto, interceptando nuevamente a Mahomes dentro de su zona de anotación, robo a cargo de Xavier Howard quien se consolidó como el líder en pases interceptados de toda la NFL.
Esto pareció subir los ánimos de la ofensiva, con un gran trabajo de Tua Tagovailoa, quien en repetidas ocasiones logró encontrar una muy pequeña ventana para conectar con sus receptores, siendo el más buscado y el más productivo, el ala cerrada número 88, Mike Gesicki, además de que Tagovailoa logró entrar por piernas a las diagonales, para ponerse a 6 puntos de diferencia en el marcador.
La defensiva de Miami se volvió a asentar en el campo y mantuvo fuera de su zona de anotación a la ofensiva Roja, pero un gol de campo faltando poco más de un minuto, selló el triunfo de los Chiefs, a pesar de que los Dolphins volvieron a timbrar para conseguir 6 puntos.
Al final el marcador de 33-27 sirvió para que los Chiefs se coronaran como campeones de la división Oeste de la AFC (por quinta ocasión consecutiva), mientras que fue un duro golpe para los Dolphins, que tendrán que asegurar al menos 2 victorias en los 3 partidos restantes para buscar un lugar en la ronda de comodines, ya que Buffalo, con su victoria ante los Steelers, parece que será quien logre ser campeón en la división Este de la AFC.
De lo positivo del juego, el gran crecimiento mostrado por Tagovailoa dentro del terreno de juego, el domingo se plantó ante quien yo considero el mejor equipo hombre por hombre con aplomo, demostró liderazgo y gran lectura de la defensiva contraria, se atrevió y lo logró, lo que nos da muestras que será uno de los Quarterbacks que dé de qué hablar para la próxima temporada.
El próximo domingo Miami encuentra la posibilidad de revancha y -además- dejar fuera de toda posibilidad a su acérrimo rival al recibir en el Hard Rock Stadium a los New England Patriots, con quien sufrieron una derrota en la semana 1 por 21 puntos a 11.
Miami viene con mejor nivel (solo ha sufrido dos derrotas en 9 juegos) por lo que mi
pronóstico es que ganan los Phins con diferencia de 10 puntos.
