En acciones del Sábado, en Orchard Park, los Buffalo Bills, recibieron a unos motivados Baltimore Ravens. Pese a que no fue un día especialmente helado, el principal ingrediente del encuentro fue el clima, en este caso, ráfagas de viento de hasta 35 km/h que arruinaron los intentos del normalmente confiable pateador de los Ravens.
Si bien Baltimore logró contener el ataque de los Bills, la presión sobre Lamar Jackson fue en ascenso, causando una dolorosa intercepción en la zona de anotación que fue regresada 101 yardas. Además el habilidoso mariscal no terminó el juego, ya que producto de la presión, azotó de fea forma en el emparrillado y fue retirado como parte del protocolo de conmoción. El novato Tyler Huntley terminó haciendo un buen papel, pero la defensa de Bills probó ser demasiado y Josh Allen avanza un partido más en estos playoffs.
Más adelante, las acciones se moverían al mítico Lambeau Field, donde Aaron Rodgers y los Green Bay Packers tuvieron una sólida demostración de juego balanceado, manejando bien la visita de Los Angeles Rams.
Rams hizo un digno papel, pero las lesiones de Aaron Donald lo mantuvieron largamente en la banda, permitiendo una ejecución letal por parte de los locales. Lo cual aunado a fallas en la ejecución de jugadas importantes por parte de Jared Goff inclinasen este juego en favor de los Packers.
De esta forma, Green Bay hizo válida su condición de local y recibirá el juego por el campeonato de la Conferencia Nacional el próximo Domingo.
Las acciones del Domingo se trasladaron al normalmente ruidoso estadio Arrowhead, el cual por la pandemia tuvo un aforo limitado y se mantuvo extrañamente tranquilo.
Ahí los Kansas City Chiefs encabezados por la estrella de los 500 millones, Patrick Mahomes, recibieron la visita de unos Cleveland Browns que pretendían dar la campanada, mentalizados a que era un partido en el que tenían todo que ganar y nada que perder.
Sin embargo los Chiefs manejaron bien las cosas, mostraron que están listos para refrendar el campeonato e iban en camino de poner un marcador de más anotaciones, hasta que, similar al partido en Buffalo, la estrella recibe un golpe que lo pone fuera de combate por una posible conmoción. La situación se tornó crítica cuando el resultado fue puesto en manos de un rostro familiar para la afición de los Miami Dolphins, ya que Chad Henne tomó las riendas de la ofensiva de Chiefs.
Chad Henne mostró lo mismo que en Miami, un tesón, buen brazo, pero el típico error mental que solía costar juegos. en este caso, una intercepción en las diagonales, lo que puso el balón en manos de Baker Mayfield, ofreciendo a los Browns la oportunidad dorada para regresar en el marcador. Sin embargo la defensa de Chiefs se comportó a la altura y frenó el ataque de Cleveland.
De esta forma, la misión de avanzar y terminar con el tiempo restante volvió a ponerse en los hombros de Henne. Un castigo complicaba todo, lo que derivó en tener que resolver una crítica cuarta oportunidad que lució como un intento por causar un castigo de la defensa, pero al final, el valiente Andy Reid mandó sacar la jugada y Henne concretó un pase corto que resolvió en favor de los locales, quienes terminaron el juego en formación victoria.
Durante este encuentro hubo una jugada que lo cambió todo, ya que en los minutos finales del segundo cuarto, en un intento por anotar, Rashad Higgins extendió sus brazos en busca de hacer llegar el ovoide a la anotación, pero centímetros antes de ingresar, el profundo Daniel Sorensen golpeó salvajemente al receptor, causando un balón suelto que salió por un costado del end zone, originando un touchback que acabó con las esperanzas de los Browns de aproximarse antes del medio tiempo.
La polémica nace toda vez que el impacto de Sorensen fue casco a casco, con todas las pautas de un castigo que no se fue marcado. En el colegial, esto habría sido revisado, marcado y Sorensen habría sido expulsado, pero en la NFL, no procedió así. Esto podría derivar en cambios en las reglas para futuras temporadas.
De esta forma, Kansas City avanza al juego de campeonato, con toda la incertidumbre que encierra la salud de Mahomes y el protocolo por conmoción.
Cerrando la ronda divisional, dos futuros miembros del salón de la fama se enfrentaron en el Superdome. Los New Orleans Saints de Drew Brees recibieron a los Tampa Bay Buccaneers de Tom Brady.
En un día que seguramente se recordará como el último partido de Drew Brees en al NFL, el padre tiempo puso una prueba demasiado dura al mariscal de los Saints, quien evidenció que las lesiones del hombro no han sanado y varios de sus pases fueron erráticos, cortos y sin la potencia de sus mejores días, causando varias pérdidas de balón.
De hecho, como dato curioso, los Saints lograron una gran anotación copiando casi como calca, una jugada que aplicó sin éxito el conjunto de Chicago una semana antes contra New Orleans. En una jugada de truco en la que se finta una reversible que termina poniendo el balón en las manos del mariscal Jameis Winston, quien pone un pase con extremo toque que finaliza en un hermoso touchdown.
Así Tom Brady accede a un juego más de campeonato, su primero en la Conferencia Nacional y visitará Lambeau Field.
De esta manera, han quedado definidas las finales de conferencia.
En la Conferencia Americana, los actuales campeones, Kansas City Chiefs estarán recibiendo a los Buffalo Bills. Por su parte, en la Nacional, el gélido Lambeau Field verá un épico duelo entre Aaron Rodgers y el resto de los Green Bay Packers, contra, Tom Brady y sus Tampa Bay Buccaneers.
Esto planea escenarios agradables y de pesadilla para los aficionados de Miami, ya que se plantea la posibilidad de volver a ver a los Bills en el Super Bowl, además de que para muchos Tom Brady sigue siendo detestado y pensar en Tampa Bay contra Buffalo resulta repugnante y un Chiefs contra Packers sería menos molesto en todo caso.
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