Como lo habíamos mencionado en la entrega anterior, en Somos Dolphins seguimos abordando el tema del Mes del Orgullo. En esta ocasión haremos un recuento sobre aquellos jugadores que decidieron dar a conocer su homosexualidad en una forma de reconocer su valentía para hacerlo.
La mayoría de los jugadores que mencionaremos a continuación decidió “salir del closet” una vez retirados de los emparrillados, pocos son los que lo hicieron estando activos o mejor aún, antes de volverse profesionales, esto en 100 años de existencia de la NFL.
Dave Kopay fue el primer jugador de la NFL en declarar su homosexualidad, en 1975, cuando había cumplido tres años fuera de la liga. Jugó como profesional entre 1964 y 1972 para los equipos de San Francisco, Detroit, Washington, New Orleans y Green Bay.
Jerry Smith, quien en algún momento fue compañero de equipo de Kopay, en Washington, también develó su homosexualidad una vez retirado. Smith murió de VIH el 15 de octubre de 1986 y su historia ha sido motivo de inspiración de varios documentales.
Ray McDonald no dio a conocer sus preferencias sexuales por voluntad propia, más bien, fue “aventado” fuera del closet, pues en 1968, un año después de haber dejado la NFL, en donde jugó solo un año, fue arrestado por tener relaciones sexuales con otro hombre en la vía pública. Ray murió víctima de VHI en 1993.
Roy Simmons fue otro jugador gay que estuvo activo en la NFL de 1979 a 1983. Él reveló su homosexualidad en The Phill Donahue Show, en 1992 y en 1997 informó que vivía con VIH. Murió en 2014.
Jeff Rohrer jugó en Dallas de 1982 a 1989 y en 2018, muchos años después de su retiro, dio a conocer su compromiso con su ahora esposo Joshua Ross, lo que lo convierte en el primer jugador de toda la historia de la NFL en contraer matrimonio con una persona de su mismo sexo.
Esera Tuaolo tuvo una exitosa carrera como tackle nariz en la NFL durante nueve años (1991-1999), jugando para cinco equipos de forma profesional: Green Bay, Minnesota, Jacksonville, Atlanta y Carolina. Logró 134 tacleadas, 12 capturas y 1 intercepción y, en 1998, ganó el Campeonato de la NFC con Atlanta. En 2002 “salió del closet” en una entrevista para la revista Real Sports. Cuando empezó a vivir su vida abiertamente gay, también se convirtió en un activista de los derechos de la comunidad LGBTQ+.
Kwame Harris fue seleccionado en la primera ronda de la Draft de la NFL 2003 con la selección 26 de San Francisco, y jugó cinco temporadas con el equipo. Él también fue “aventado” fuera del closet, pues en 2013 fue declarado culpable por delitos menores de violencia doméstica, asalto y agresión contra su ex novio Dimitri Geier.
Ryan O’Callaghan fue un jugador que estuvo activo con New England y Kansas City de 2015 a 2017; en junio del 2017 decidió hacer pública su homosexualidad en una entrevista para Outsports, en donde compartió lo difícil que fue vivir oculto y con miedo a que su carrera terminara por su orientación sexual, así como que pensó en el suicidio. Sin embargo, después de charlar con el sicólogo de Kansas City decidió hablar con sus compañeros y vivir abiertamente su sexualidad.
Ryan Russell dejó la NFL en 2018, tras haber jugado tres campañas; una con Dallas y dos con Tampa Bay. Hace un año declaró que es bisexual y si bien no está activo por el momento, no descarta regresar a los emparrillados, lo que lo convierte en el primer jugador declarado sin haberse retirado.
Wade Davis, Dorien Bryant, Brad Thorson y Michel Sam son futbolistas gay que estuvieron en campos de entrenamiento de la NFL, siendo este último el único jugador abiertamente homosexual reclutado por un equipo. En 2014 fue seleccionado por los Rams, sin embargo, fue liberado antes de comenzar la temporada.
El caso de Sam es particularmente interesante, ya que durante las semanas previas al Draft de 2014 y a pocos meses de que se dieron a conocer los resultados de la investigación por bullying en el vestidor de los Miami Dolphins, se cuestionó si los jugadores aceptarían a un jugador homosexual, dados los antecedentes de insultos sexuales usados contra Jonathan Martin.
Por ahora no contamos con un antecedente que nos devele cómo sería el trato hacia un jugador homosexual, pero al menos frente al micrófono, varios jugadores de Miami dijeron no tener problemas en caso de tener a Michael Sam como su compañero.
En el fútbol universitario el jugador de la División III, Conner Mertens, se declaró bisexual, en enero de 2014, convirtiéndose en el primer jugador de fútbol americano universitario activo en cualquier nivel en declararse públicamente bisexual. En agosto de 2014, el jugador de Arizona State , Chip Sarafin, se convirtió en el primer jugador de la División I en declararse gay. En 2017, Scott Frantz se declaró gay públicamente, uniéndose a My-King Johnson como dos de los primeros jugadores abiertamente homosexuales en la Subdivisión de Football Bowl de la División I de la NCAA.
Más tarde ese mismo año, Frantz se convirtió en el primer jugador de fútbol americano universitario abiertamente gay en jugar en un juego para una escuela de la Subdivisión de Fútbol Bowl de la División I de la NCAA. En 2018, Bradley Kim de la Academia de la Fuerza Aérea se declaró gay, convirtiéndose así en el primer jugador de fútbol abiertamente gay en jugar para cualquier academia militar en los Estados Unidos.También en 2018, en la División II, Wyatt Pertuset, de Capital University, se convirtió en el primer jugador universitario abiertamente gay en anotar un touchdown.
En el fútbol femenino, Alissa Wykes de la Liga de Fútbol independientes de mujeres de Philadelphia se pronunció públicamente como lesbiana en la edición de diciembre/enero 2002 de la revista Sports Illustrated para la Mujer. Catherine Masters, dueña de la liga, condenó a Wykes por perseguir su propia “agenda personal”.
La postura de inclusión y apoyo de la NFL hacia la comunidad LGBTQ+ no es una moda, una postura de mercadotecnia o una búsqueda de “likes”. Es más bien que el mundo está cambiando y hay que adecuarse. Sin duda la Liga sabe que pronto habrá más jugadores abiertamente homosexuales y no podrá discriminarlos por sus preferencias sexuales.
Esto también debe ser una llamada de atención para los aficionados, quienes deberán entender que el valor de un jugador no está en a quién o cómo decide amar y ejercer su sexualidad.